ASTROLOGÍA
"Ayuda a la Naturaleza y con ella trabaja
y la Naturaleza te considerará como uno de sus creadores
y te prestará obediencia."
Los sabios de la antigüedad pudieron comprender muchos aspectos del
comportamiento humano a través de la constante y ardua tarea de observar los
cielos.
Por medio del estudio de los movimientos de los astros, la posición de las
estrellas, sus ciclos, sus velocidades, sus posicionamientos y su asociación
a una suerte de compendio de los acontecimientos del hombre, se logró
relacionar a estos últimos con la disposición de los diferentes componentes
de la esfera celeste.
El Hombre, en su afán de conocerse a sí mismo y a las leyes naturales
de las que es partícipe, se dirige a la Astrología para alcanzar aquella
clave de lectura, para penetrar desde diversos niveles en el misterioso
mundo de las fuerzas que modulan y dan ritmo a su vida.
Los dos vehículos cósmicos más estudiados han sido desde siempre el
Sol y la Luna,
las dos grandes luminarias. Esto quizás se haya debido en un
principio a su fácil visualización, pero la razón más importante radica en
que el Sol y la Luna son las
dos grandes fuerzas cósmicas que con mayor
intensidad influyen en la Tierra.
Se los ha considerado como planetas, a pesar de que no lo son. Como bien
sabemos, el Sol es una estrella, la Gran Estrella Central dadora de luz y
vida; y la Luna es la fiel gemela y acompañante de la Tierra, su satélite
natural.
El estudio de la Astrología Tradicional Mágica nos da el siguiente listado
de siete planetas, incluyendo a la Luna y al Sol como tales:
Saturno, Júpiter, Marte, Sol,
Venus, Mercurio y Luna. A estos se les agregan los
Nodos Lunares, Cauda Draconis y Caput Draconis (Cabeza y Cola de Dragón
respectivamente), también llamados Nodo Positivo y Nodo Negativo de la
Luna.
En tiempos modernos, se desarrolló el descubrimiento de los llamados
Planetas nuevos, es decir, Urano,
Neptuno y Plutón. Estos se dispusieron
como nuevos factores de estudio y de incidencia astrológica en el hombre. Por
lo tanto, la Astrología moderna tiene doce grandes factores de generación de
aspectaciones planetarias.
El Cosmos nos brinda a diario dos posiciones de fuerza energética demarcadas
por el Sol y la Luna, con sus
horas dispuestas de tal forma que desarrollan
un equilibrio natural perfecto de todas las cosas creadas sobre la Tierra.
Todos los reinos que habitan nuestro planeta se encuentran influenciados por
estas dos luminarias. Bien sabemos que el día, con su luz y calor, es tan
necesario como la noche, con su oscuridad y frío.
Nada puede estar polarizado. Todo debe colocarse en un justo equilibrio.
Así como los pueblos antiguos poseían un sistemas de dioses divididos
básicamente en Solares y Lunares, también parte de la Magia podria dividirse
en Magia Lunar y Magia Solar.
En el estudio de la
Magia Ceremonial Iniciática,
la Astrología es una
materia no solo importante sino indispensable para la plena comprensión de
los Rituales, Ceremonias, métodos adivinatorios, y, por supuesto, para el
entendimiento del proceso de influencia que el Cosmos nos aporta a través de
sus vehículos celestes.
Los diferentes planetas dan una característica más o menos típica a su
influencia.
De esta manera tenemos que el Sol marca, según el grupo de
estrellas o constelación por la que este transitando en el momento de
nuestro nacimiento, el signo zodiacal respectivo; este planeta aporta
características generales e influye en la personalidad, marcando también el
tipo de fuerza que nos guía de acuerdo a la posición en la constelación que
se ubica.
La Luna demarca el carácter y nuestra forma interior.
Mercurio, nuestro
caudal de conciencia y nuestra mente.
Venus, nuestras características
afectivas, las dotes de sensibilidad y el amor.
Marte, la potencia, la energía, la decisión, la justicia
que nos mueve.
Júpiter, Los beneficios, la
ambición, el trabajo, el modo y filosofía de vida.
Finalmente, Saturno marca el guía, el justiciero,
el ordenador y penalizador.
Otro punto importante es que el estudio de la Astrología es geocéntrico, es
decir, que ubica a la Tierra como centro de nuestro sistema.
Los planetas se desplazan alrededor de la Tierra a distintas velocidades,
demarcando diferentes transitos. Cada planeta mantiene una órbita
particular, pero interrelacionada con la de los demás planetas de acuerdo a
sus distancias medidas en angulos de posición. Estos son llamados Aspectos y
generan un estudio muy particular en la interpretación de las Cartas
Astrológicas.
La superficie circular en donde transitan los planetas se denomina Rueda
Zodiacal. Esta está configurada para los cálculos en una circunferencia, es
decir 360°, dividida en doce porciones establecidas convencionalmente en 30°
cada una, a las cuales se denomina Signos Zodiacales.
Estos son Casas Zodiacales de un Zodiaco Fijo, las cuales están dispuestas
desde el signo de Aries hasta el de Piscis, tomando como base la posición
que tiene el Sol en el Equinoccio del 21 de Marzo.
Durante dicho Equinoccio, el Sol se ubica en su posición más oriental con
respecto al eje de la Tierra. Esta posición coincide con el principio del
Signo de Aries, a partir del cual se determina una cruz celeste con cada uno
de sus brazos a 90°. Las casa puntualmente en cruz son Aries, Cáncer, Libra
y Capricornio.
Estos cuatro signos son los llamados Signos Cardinales, y determinan el
principio de las triadas de cada cuadrante de la Rueda Zodiacal; marcan los
Equinoccios y los Solsticios, es decir, el principio de cada una de las
estaciones del año solar.
Los signos intermedios de cada cuadrante en triada son los llamados Signos
Fijos o Kerúbicos. De esta manera se asimila al Kerub Toro, representante
del Elemento Tierra, con el signo de Tauro; al Kerub León, representante del
Elemento Fuego, con el signo de Leo; al Kerub Águila, representante del
Elemento Agua, con el signo de Escorpio; y al Kerub Angel u Hombre,
representante del Elemento Aire, con el signo de Acuario.
Los signos zodiacales que finalizan los 30° de cada triada reciben el nombre
de Signos Mutables. Estos son Géminis, Virgo, Sagitario y Piscis. Los signos
mutables son la última parte antes de pasar al próximo cuadrante, o bien, a
la próxima temporada estacionaria del año; como su nombre lo indica, son
tiempos de cambio y mutación.
Los Signos Zodiacales se dividen, además, de acuerdo a la característica
elementaria que los sustenta. De esta manera obtendremos:
Los Signos de Fuego: Aries, Leo y Sagitario.
Los Signos de Agua: Cáncer, Escorpio y Piscis.
Los Signos de Aire: Géminis, Libra y Acuario.
Los Signos de Tierra: Tauro, Virgo y Capricornio.
Al comparar las características elementarias y posiciones de cada uno de
los Signos Zodiacales, podemos determinar las diferencias entre unos y
otros. Entonces tendremos:
Aries = Cardinal Fueguino
Tauro = Fijo Terrestre
Géminis = Mutable Aéreo
Cáncer = Cardinal Acuático
Leo = Fijo Fueguino
Virgo = Mutable Terrestre
Libra = Cardinal Aéreo
Escorpio = Fijo Acuático
Sagitario = Mutable Fueguino
Capricornio = Cardinal Terrestre
Acuario = Fijo Aéreo
Piscis = Mutable Acuático
A pesar de que tradicionalmente se toma el 0º grado de Aries como comienzo
del Zodiaco, también puede empezarse su división a partir del 0º grado del
Signo de Leo, correspondiente a la ubicación de la estrella Regulus. Esta
última forma es la que se aplica en el estudio de los decanatos para
comprender los
Arcanos Menores del Tarot y en el estudio de la Schamporesh.
Hoy día la Astrología se ha deformado de su estado puro y tradicional, con
el aporte de muchos y retorcidos temas de la Psicología, en especial
Freudiana, creando de esta manera astrólogos más parecidos a un Psicólogo en
plena sesión, que a un verdadero ocultista dedicado al estudio y la
interpretación de un tema celeste.
La Orden Hermética de la Aurora Dorada ( Golden Dawn ) trata, en lo posible, de mantener
enteros los conceptos propios de una Astrología Madre y Tradicional,
aportando y sosteniendo a la Magia con sus rudimentos fuertes y claros del
pasado.
Por otro lado, se intenta romper con la mala comprensión que se tiene en
Occidente con respecto al Karma. Se toma un tema natal o una carta natal
determinada y se hacen de estos duras concesiones, tomando estas cuestiones
y las potencialidades que en estas aparecen en forma inamovible, dejando en
un total estado de resignación a quien es titular de esta carta.
No hay nada
más alejado de la verdadera Astrología, pues esta es, sin duda, una fuente de
datos personales para conocer cuales de nuestras características son buenas y
cuales no lo son tanto, pudiendo de este modo ser subsanadas, superadas,
transmutadas, aprendidas y definitivamente elevadas; así, podremos anhelar
llegar a las metas que debemos alcanzar en esta vida.
Astrología Tropical y Astrología Sideral
El sistema utilizado en Astrología es, en verdad, un sistema matemático
ideado para poder elaborar e interpretar cartas.
Pero, en realidad, las constelaciones y los Signos no coinciden entre sí,
como se los presenta normalmente.
Pues, en verdad hubo un tiempo en el que para un 21 de Marzo el Sol estaba
o parecia estar en la constelación de Aries, pero eso ya no ocurre hoy día.
Esto es conocido como la “Procesión de los Equinoccios”, la cual se puede
definir como un desplazamiento muy lento en la pauta celeste, desde el punto
de vista de la Tierra, la cual tarda 25.800 años aproximadamente en
completar el Círculo Zodiacal.
Debido a este tema, y a que en realidad las constelaciones en nada
coinciden con el Signo que le corresponde, la Astrología se ha dividido en
dos escuelas: la Tropical y la Sideral.
La Orden Hermética de la Aurora Dorada ( Golden Dawn ) trata de aunar a estas dos escuelas
conduciendo el estudio de la Astrología al punto más cercano del equilibrio
y el cálculo justo.
Como bien sabemos, el tema de la Astrología es muy extenso y demasiado
técnico por momentos, comprendíendose sólo a través de años y esfuerzo
sin igual perseverando en el estudio de las diferentes escuelas.
Dentro del
estudio iniciático en la
Orden Hermética de la Aurora Dorada ( Golden Dawn ), se
requiere que el estudiante llegue a poder calcular y levantar un verdadero
Horóscopo natal para cualquier lugar o tiempo. También se requiere que
pueda calcular el cielo de un determinado momento, y saber trabajar y
utilizar los aspectos en el descriptos para su aplicación Ritual.
En todos los casos se necesita que el estudiante sepa interpretar las
potencialidades que un tema presenta.
De más está decir que el estudio de la Astrología es fascinante, y para
aquellos que quieran investigar o bien especializarse en esta materia,
hemos de decirles que han tomado una decisión edificante y enriquecedora
para ellos mismos, para sus semejantes y, por supuesto, para la comprensión,
expansión y elevación del Espíritu en el largo sendero hacia el
Gran Arquitecto del Universo.
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